¡Bienvenido a tu espacio para el crecimiento personal!
En este blog, exploraremos un sinfín de temas relacionados con tu desarrollo personal. Desde el mindfulness práctico para el día a día, hasta herramientas de coaching y la creatividad terapéutica de los mandalas, te acompañaremos en el camino hacia una vida más plena y consciente, pero todo desde la manera más práctica para tí.
Empezamos con Mindfulness.
Mindfulness en 1 Minuto: ¡Respira y Deshazte del Mito de la Mente en Blanco!
¿Alguna vez has pensado en probar el mindfulness o la meditación, pero la idea de «dejar la mente en blanco» te parece imposible? ¡No te preocupes, no eres el único! Es una de las preguntas que más nos llegan y una de las principales razones por las que mucha gente se frustra antes de empezar.
La buena noticia es que el mindfulness no se trata de vaciar tu mente. ¡Es todo lo contrario! Se trata de aprender a observar lo que ya está ahí: tus pensamientos, tus sensaciones, tus emociones, sin juzgarlos. Es como ser un espectador amable de tu propia experiencia.
Tu Mente No es un Interruptor de Luz
Imagina tu mente como un cielo. A veces hay nubes (pensamientos, preocupaciones, ideas), a veces está despejado. Intentar «poner la mente en blanco» es como intentar hacer desaparecer todas las nubes de golpe. Es agotador y, sinceramente, imposible a largo plazo.
El mindfulness te invita a simplemente notar esas nubes. «¿Ah, mira, ahí va un pensamiento sobre lo que tengo que hacer mañana. Interesante.» Y luego, suavemente, volver a tu punto de anclaje, que suele ser tu respiración.
Prueba Esta Práctica de 1 Minuto: Tu Ancla Personal
Esta es una de mis prácticas favoritas para empezar, porque es simple, efectiva y puedes hacerla en cualquier momento y lugar. ¡Solo necesitas un minuto!
- Encuentra tu postura: Puedes estar sentado, de pie o incluso acostado. Simplemente asegúrate de sentirte estable y cómodo.
- Cierra los ojos si te sientes bien, o simplemente baja la mirada.
- Lleva tu atención a tu respiración: Sin intentar cambiarla, solo nota cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. ¿Lo sientes en tu nariz? ¿En tu pecho? ¿En tu abdomen? Elige un punto y concéntrate ahí.
- Cuando tu mente divague (¡y lo hará, es su naturaleza!), no te juzgues. Es completamente normal. Simplemente nota a dónde se fue tu atención («¡Ah, estaba pensando en la lista de la compra!») y, con amabilidad, vuelve a llevarla a tu respiración.
- Haz esto durante 1 minuto. Puedes poner un temporizador suave si quieres.
¿Qué Acaba de Pasar?
Puede que hayas notado lo activa que es tu mente, o quizás sentiste un instante de calma. Lo importante no es lo que pasó, sino que lo intentaste. Cada vez que vuelves tu atención a tu respiración después de que tu mente divaga, estás fortaleciendo tu «músculo de la atención plena».
Esta pequeña práctica te ayuda a:
- Reducir el estrés: Al sacarte del modo «piloto automático».
- Mejorar la concentración: Entrenando tu mente para enfocarse.
- Sentir más calma: Al conectar con el presente.
Tu Turno: Cuéntanos, ¿qué mitos te han impedido practicar mindfulness?
Me encantaría leer tus comentarios. ¿Qué otras preguntas tienes sobre el mindfulness o la meditación? ¿Has probado esta práctica de 1 minuto? ¡Comparte tu experiencia